El futuro de la ciudad de La Plata

lunes, 29 de agosto de 2011

Por Pedro Delheye (*)

**El futuro de la Ciudad**

Sociedad / 29.06.2011 | 23.23

En la actualidad, y según lo establece un reciente informe de ICOMOS
Argentina, (ONG de carácter internacional, que se ocupa de la
conservación del patrimonio cultural) buena parte de los componentes
materiales e inmateriales que definen la identidad de La Plata se
encuentran amenazados.

Según el informe, entre las causas de riesgo se puede mencionar la
especulación inmobiliaria, las presiones para obtener mayor rédito a
través de la explotación del suelo urbano, la falta de protección
adecuada de edificios y sitios patrimoniales, la falta de organismos
específicos que velen por el patrimonio de la Ciudad y la falta de
campañas de educación y participación comunitaria en todos los
niveles.

Esta paradoja, de una ciudad que es reconocida mundialmente por su
patrimonio al tiempo que se dedica obstinadamente a degradarlo, no es
reciente. A pocos años de su fundación y contrariando el espíritu
estratégico con la que fue concebida, el poder público quiebra este
pensamiento y lo reemplaza por una mirada de fragmento que concibe al
"espacio público" como un espacio vacío, libre y vacante,
entendiendo que completar el mismo es inocuo y necesario para
solucionar la implantación de los nuevos equipamientos que empiezan a
surgir. De esta manera, el Estado Municipal y Provincial y la propia
Universidad Nacional justifica la construcción de inoportunos
inmuebles: la necesidad de contar con determinado equipamiento es
superior al impacto negativo que estos edificios puedan ocasionar en
el centro de la Ciudad o en el interior del Bosque: de las 250
hectáreas previstas para el tradicional Paseo para la recreación, el
esparcimiento y las actividades culturales, hoy sobreviven menos de
50.

Asimismo la historia de la ciudad demuestra a través de la
demolición de joyas del patrimonio arquitectónico, como el viejo
Teatro Argentino, y de la ausencia de una política de protección de
los mismos, que el cuidado de los bienes de carácter histórico o
simbólico, no ha representado el interés por parte de las
instituciones públicas.

La reciente decisión de la Justicia de frenar tanto la
implementación del nuevo Código de Ordenamiento Urbano como la
construcción del Estadio de Estudiantes de Plata, ha suscitado una
ardua polémica entre las instituciones afectadas y las asociaciones
civiles dedicadas a la preservación del medioambiente y del
patrimonio construido.

Hoy la diferencia radica justamente en este fenómeno que se da en La
Plata del mismo modo que sucede en otras ciudades como Buenos Aires,
Rosario y Córdoba; la formación de una conciencia crítica por parte
de vecinos y vecinas que se organizan y salen con firmeza a defender
lo que consideran derechos básicos del ser humano, el derecho a la
ciudad, a la identidad y a la memoria, a la defensa del valor esencial
de La Plata: la calidad de vida de todos sus habitantes.

Estas asociaciones están creciendo bajo modernos conceptos urbanos y
culturales de respeto al medio ambiente y al patrimonio material e
inmaterial de la ciudad en la que viven, conceptos que son
intrínsecos al modelo de desarrollo sustentable que los organismos de
Cooperación Internacional propician desde principio de los años
noventa, cuando se celebró en Río de Janeiro la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Cumbre
Mundial de la CNUMAD), representando un momento de inflexión en el
modo de concebir y entender el medio ambiente y el desarrollo.

No se trata de impedir el crecimiento en aras de la preservación. El
desarrollo no debe destruir el patrimonio cultural y natural, ni la
preservación demorar o anular los flujos económicos y de
crecimiento. Estos son conceptos que no sólo no se contraponen, sino
que necesariamente deben complementarse. En los últimos años se ha
producido un proceso de redescubrimiento del patrimonio cultural y
natural. Su concepción desde una perspectiva integradora, vinculada
con el territorio y con la gente, la implantación de nuevas
políticas patrimoniales centradas no sólo en la conservación sino
en el uso social y en su valoración como recurso turístico son
elementos que configuran un nuevo planteamiento del sector. Hoy más
que nunca el patrimonio se vislumbra como un importantísimo recurso
económico y como un signo de dinamización y desarrollo de los
territorios.

Para posibilitar este cambio de paradigma, se necesitan implementar
criterios de planificación estratégicos que posibiliten la
concertación de todos los sectores y la participación activa de toda
de la comunidad en el diseño de la Ciudad. La respuesta está en la
participación, en conciliar intereses, en sentarse ala mesa y aunar
criterios en la búsqueda de soluciones.

(*) Ex Director de Cultura de la Municipalidad de La Plata.
Vicepresidente de la Fundación Ciudad de La Plata

Fuente: Diario Diagonales

http://www.elargentino.com/nota-146399-El-futuro-de-la-Ciudad.html

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